La ley del espejo es una herramienta muy valiosa para poner el foco dentro de uno mismo. Todas las personas que están delante de nosotros, padre, hijo, madre, pareja, nuestro compañero de trabajo, el mendigo que nos pide dinero, la vecina, el perro que nos ladra, todo, son nuestros espejos.

Por ello, los psicólogos y personas dedicadas al crecimiento y desarrollo personal, nos sugieren, que todos los cambios que queramos llevar a cabo con el mundo exterior, primero debe suceder dentro de nosotros mismos.

Utilizar esta herramienta en la práctica diaria, nos ayudará a sanar en gran medida nuestros conflictos interiores, porque la vida, en su infinita sabiduría nos trae diferentes espejos para el autoconocimiento de nuestro ser.

Ya lo decía el gran sabio Krishnamurti, la única relación que vas a tener a lo largo de la vida, es la que tienes contigo mismo, por lo que hay que entender, que el resto de personas son proyecciones y espejos para ayudarnos a crecer.

La realidad es neutra, todos vemos el mundo en base a nuestras creencias, miedos, experiencias vividas, heridas de la infancia no sanadas y por ello, cuando algo nos genera malestar o sufrimiento, no solemos ver la causa real de ese dolor, sino que nos enfocamos en la persona que tenemos delante para intentar cambiar, y así nos evitamos realmente ir a esa herida que está deseando ser sanada y entendida.

Todos tenemos luces y sombras, igual que las estrellas para brillar necesitan su oscuridad, nosotros para ver nuestras luces, tenemos que integrar nuestras sombras. Somos perfectos, polvos de estrellas envueltas en un cuerpo físico transmutando todas las energías enfermas y dándoles amor. Creando realidades, a partir de todos los actores y escenarios que la vida nos va poniendo para que podamos evolucionar como seres humanos que somos.

Si somos conscientes de este concepto, evitaremos los juicios destructivos, y nos haremos responsables de nuestra propia vida. Se trata de ir sacando nuestra basura emocional no sanada,  envolverla en aceptación, entendimiento, conocimiento y amor, y liberarnos para vivir una vida más plena y cercana a sentir paz y felicidad.

VARIANTES DE LA LEY DEL ESPEJO

No siempre lo que tiene el otro, es porque yo también lo tengo. Pueden existir distintos variantes, que esa persona o situación nos refleje, por ejemplo:

• Si nuestro espejo nos proyecta algo similar a nosotros; en este caso, imaginemos que tu compañera de trabajo te ha mentido en varias ocasiones, eso te ha generado una gran desconfianza. Sois muy buenas amigas, pero la juzgas y le echas en cara continuamente sus mentiras. Si eres capaz de ver tu espejo, te puede enseñar que tú en su día también mentías, no te has perdonado y sigues con la herida abierta.  Si te hubieses perdonado, no tendrías miedo y no te habrían presentado esas circunstancias para que puedas ver esa emoción causada porque te culpabilizabas y no te perdonabas.  También le haces de espejo a la otra parte, que tiene que ver por qué miente, ya que también son miedos e inseguridades por otra emoción o herida no sanada. ¿Tarea a realizar? Ver esa parte de ti, indagar su raíz, amarla, aceptarla y decir: «Hoy soy consciente de esta herida, me comprometo a sanarte y a liberarte».
•  Si nuestro espejo nos refleja algo diferente a nosotros; por ejemplo, tu pareja es muy generoso, y tú eres avariciosa. Aquí tendrán que ver los miedos que cada uno de ellos tienen, el generoso puede tener miedo a perder a su pareja y para ello se muestra muy complaciente, y la persona avariciosa, puede que su miedo sea un miedo de carencia, que en su infancia vivió. Que bonita es la vida, manifestando los escenarios propicios para la sanación de las heridas de estos dos espejos.
• Si nuestro espejo nos muestra algo que yo también he hecho; una persona que continuamente critica a otra porque engañó a su pareja, y además esta persona también lo hizo en su día. Su espejo le está mostrando lo que hizo mal y no ha hecho consciente aún. Por lo que la vida le va a entregar situaciones similares con personajes diferentes para que él mismo, sea capaz de ver esa sombra que no ha hecho consciente, se responsabilice, sane y la libere.
• Si nuestro espejo nos muestra que queremos cambiar a la otra persona; idealizar a nuestros espejos es una manera de decirnos: ¿por qué me quieres cambiar? ¿qué es lo que no te gusta de mí? Intentamos controlar a nuestros espejos, para que piensen igual que nosotros, esperamos que actúen en base a como actuaríamos nosotros en su lugar, y nos frustramos cuando no lo conseguimos. Para estos espejos, resulta muy gratificante el crecimiento, porque si son conscientes de que se puede aprender a escuchar y aceptar al otro, y así se puede amar, la relación será sana, de lo contrario, si continuamente quieres que el otro actúe como tú y no le dejas ser, se convertirá en una relación tóxica. En estos casos, solo queda soltar para que cada espejo integre su aprendizaje y puedan construir relaciones sanas sin querer cambiar a los demás.