La Ley de Atracción
Vamos a hablar de un tema muy interesante; La Ley de Atracción. Dicha Ley es de índole espiritual ya que no hay ningún experimento científico que demuestre la existencia del poder de la atracción en base a nuestros pensamientos y sentimientos. Sin embargo, sí existen pruebas científicas que avalan como la mente humana puede modificar el mundo que nos rodea a través de los pensamientos. Estos experimentos vienen del estudio de la Física Cuántica.
A través de esta Ley, nosotros podemos cambiar nuestra realidad a partir de los pensamientos, palabras, emociones y acciones que emitimos. Es así como nuestros pensamientos positivos atrae realidades positivas y como los pensamientos negativos atrae realidades negativas.
Si la Física Cuántica es la rama de la ciencia que estudia los cuantos o quantums, es decir, la energía, ¿qué relación existe entre esta ciencia y la ley de atracción? Todos los seres vivos generamos campos de energía, es decir, nuestros pensamientos son un paquete de energía. Por ejemplo, cuando nos preocupamos con una idea que se instala en nuestra mente, y la repetimos a lo largo de horas, de días, de semanas incluso, ese paquete de energía que llamamos pensamiento empieza a desarmonizar todo nuestro campo de energía. Nos volvemos más débiles, más frágiles, más reactivos. Si por el contrario, nuestra mente se centra en pensamientos de gratitud, de optimismo, de benevolencia, nuestro campo energético se hace más fuerte y por lo tanto menos vulnerable para que afecte a nuestra salud.
Si hablamos de la materia que compone todo el Universo, vemos que los átomos aparentemente sólidos, son condensaciones momentáneas de un campo de energía, es decir, que la materia no es sólida sino que es energía vibracional.
Algunos experimentos en física cuántica demostraron que el investigador puede afectar físicamente lo que él observa simplemente por observarlo. Os dejo el siguiente enlace donde se explica muy bien «El Experimento de la doble Ranura»:
https://omniscientia.es/principio-de-superposicion/
Viendo toda la relación que existe entre nuestros pensamientos, nuestras acciones, las ondas, los átomos y la energía vibracional, podemos observar la maravillosa creación del Universo y como todos estamos conectados.
Tenemos como invitado especial a José García Piqueras que nos va a hablar de La Ley de Atracción y como nos puede afectar en nuestro día a día.
– Buenos días Jose García, encantada de nuevo que estés aquí en este espacio y poder mantener una conversación de un tema que a día de hoy es muy hablado. ¿Qué nos puedes decir acerca de la Ley de Atracción?
– Buenos días, el placer es mío, gracias por la invitación y dejar este blog para todas las personas que queremos aportar nuestros pensamientos, sin ánimo de lucro y poder aportar nuestro granito de arena en el ámbito de la espiritualidad consciente.
Somos energía, átomos en movimiento, con sus correspondientes protones, neutrones, electrones, quarks, fotones… Tenemos carga eléctrica entrando a formar parte de los fenómenos de atracción magnético, como los imanes. Nuestros pensamientos también son energía, de una composición atómica más sutil, correspondiendo a la realidad no material. No se ven, pero son información que se mueve y traspasa las capas cerebrales, para recorrer el Universo. Hay que revisar los experimentos y teorías de la física de partículas (física cuántica). Podremos deducir que el observador interfiere sobre la realidad, solamente con pensar mientras observa. ¿Es magia? No, es ciencia. De aquí surgen muchos conocimientos populares, libros que hablan sobre la atracción, como si de un secreto se tratara, son leyes espirituales ancestrales.
– En base a esto que nos dices, ¿qué es para ti la Ley de Atracción?
Entiendo que es un mecanismo por el cual, a través de la vibración y magnetismo del pensamiento, consigues atraer situaciones, acontecimientos, cosas, personas etc. Somos energía, electricidad, átomos en movimiento y las partículas que forman ese átomo, responden al pensamiento de la mente, es decir, cambian la materia en función de la vibración de la mente. No olvidemos que somos creadores.
– Digamos, que si tenemos un pensamiento negativo, ¿atraeremos realidades negativas?
Un imán atrae al metal, o al revés, según lo mires. Una emoción atrae a un acontecimiento, sentimiento y reacción. Si piensas en negativo, bajas la vibración y atraes acontecimientos de bajo astral, es decir, densos, pesados, enfermos, problemáticos, etc.
– Por ello, deberíamos de enfocarnos más hacia una actitud positiva.
– El momento de vivir una emoción negativa, puede ser crucial para enfermar. Siempre que seamos realistas, con conocimiento de causa y efecto, es nuestro deber y obligación, por el bien común, pensar en positivo. Aunque el libre albedrío nos ampara, dentro de un proceso de evolución y aprendizaje, mediante las experiencias vividas. Quiero resaltar, que para una mente aún muy adormecida y con bajo grado de consciencia, no es una obligación pensar en positivo. Al no saber ni comprender, la negatividad es experiencia y generará karma.
– ¿Qué relación puede guardar los deseos del hombre, con el karma y el poder del pensamiento?
– Normalmente, los deseos que solicitamos suelen tener un objetivo ambicioso, materialista, de posesión de personas, poder, apariencia física y cosas similares, que tienen una vibración muy baja y una densidad muy alta. Por ejemplo; deseo ser millonario y que todas las mujeres se sientan atraídos por mí, ¿qué fuerza puede tener este deseo? A primera vista, la ambición, el poder sobre otras personas, la apariencia y prevalecer o destacar sobre los demás, tiene un peso enorme, una vibración negativa y de frecuencia baja. Aún así, el deseo es formulado y puesto en marcha, recorriendo planos superiores en su viaje hasta el centro del Universo, recibiendo una respuesta, que de vuelta, viene en sentido contrario hacia el planeta, predisponiendo el entorno, mediante la información que le llega a las partículas subatómicas que forman la materia, con mayor o menor magnetismo, atracción de información, ordenando a la energía para trabajar en esa materialización cuántica, llegando a ser visible y palpable. Si la intensidad del deseo es suficiente y no interfiere con los intereses de otros deseos y trabajas de manera que sea para el bien común y el logro alineado. Si por el contrario, tu karma es contrario a ese deseo formulado, no podrá ser posible llegar a materializarse, ya que las partículas están recibiendo la orden de hacer otra cosa, con la fuerza, la intensidad, vibración y magnetismo del orden divino del Universo, siendo imposible imponerse con otra programación.
– Resulta muy interesante todo lo que nos dices, y vuelvo a preguntar, ¿y qué posición ocupa el karma en el deseo?
El karma, es tan solo el efecto de una causa, el aprendizaje de una lección, la reacción de una acción… Con el objetivo de ayudarnos a comprender que algo está errado y no cumple con las leyes del Universo, un mensaje codificado para obrar de otra manera y comprender con profundidad que algo puede ser así, porque generaría caos. Si tiro una piedra para arriba en línea recta a mi vertical, el karma es que cuando la fuerza aplicada cese, la atracción gravitatoria terrestre hará que busque el núcleo del planeta, cayendo al suelo, encontrándose conmigo antes y golpeándome. La enseñanza es que cambie el ángulo del lanzamiento o simplemente no la lance, es una información a modo de acontecimiento, generado por un acto mío. A veces, el karma viene de vidas anteriores, efectos que fueron causados en otra encarnación anterior.
El dharma sería cuando esa piedra ha sido lanzada en un ángulo adecuado y golpea sobre una manzana, la cual cae y puedo usarla como alimento. Es un efecto positivo creado por un acto positivo. Pero si ese árbol es propiedad privada de otra persona, y estoy robando, más tarde esa acción volverá a nosotros en forma de karma. De modo, que hemos obtenido un dharma, pero más tarde viene transmutado para darnos un aprendizaje más profundo. Hoy día, todos los seres humanos que habitamos el planeta, estamos viviendo de manera continuada karmas y dharmas, enredados de tal manera, que resulta imposible con nuestros conocimientos, poder dar sentido. Por nombrar algunas; guerras, hambre, terremotos, enfermedades, muertes, peleas, divorcios etc. Nuestro mecanismo de supervivencia llamado «ego», y sus emociones, toman el papel principal en todo este enredo (aunque guarda un orden milimétrico que no apreciamos).
– Cuanto más te escucho más preguntas me surgen, creo que esta conversación tardaría mucho en concluir. Observo en mi día a día, que hay personas que niegan su realidad, las evade y huyen, y quieren taparlo con pensamientos positivos, creyendo que así atraerán cosas buenas a sus vidas y las malas se irán solas. ¿Lo crees así?
– Eso es vivir aún más dormido, porque es como si la casa está incendiada y solamente observas, imaginando que no sucede nada, dejando que los demás solucionen los acontecimientos adversos, sin aprender de la realidad que el Universo nos ofrece en su colegio Tierra. «Vivimos para experimentar la realidad, si la evadimos nos la perdemos».
– Digamos, ¿que el equilibrio está en aprender y ser consciente de la experiencia, y en ese camino tomar actitud positiva?
– Así es, pero todo dependerá del grado de consciencia. Hay cosas que pueden estar en nuestra mano, otras se la dejamos en mano del Universo. Si continuamos luchando contra los acontecimientos naturales, y solamente deseamos lograr nuestros caprichos, estamos perdidos y aún no hemos madurado espiritualmente.
– La Ley de Atracción usada para el bien común, ¿generaría dharma?
El dharma se puede interpretar con varios significados, es como que generas efectos positivos con tus actos y pensamientos. Siendo tal como lo nombro, a pequeña escala, podemos hacer cambios significativos. Dependerá de la energía que pongamos en ello y de si dirigimos nuestras acciones del día a día en ese camino. «Dharma, trae la confirmación de que aprendiste por mérito propio y obtienes el resultado positivo». Todos sincronizados en un pensamiento positivo, lograríamos eso que llamamos «milagro».
Pensar en positivo es una forma de vida, pero pensar en positivo es hacerlo de manera natural y original, reaccionar positivamente a cada situación, mejorando la calidad de vida, viendo como todo se alinea y logras atraer pequeñas situaciones gratificantes. Se suele decir, no son los problemas lo que nos quita las ganas de vivir, sino la forma en que lo afrontamos. Una muerte de un hijo puede ser motivo de suicidio, generando karma en la siguiente vida, pero también puede ser motivo de resurgir, de conectar verdaderamente con la esencia espiritual, comprender como funciona la realidad que nos crea y nos acoge, viendo a ese hijo trascender a otra realidad, despertar a la auténtica vida, donde regresa a su yo superior, y decide si volver a encarnar en otro cuerpo para seguir trabajando y ayudando a las energías pensamientos almas que le dan forma al nacer en el planeta, a elevar y a conocer, entender y amar, al aportar esa información especial, que todos tenemos dentro, sobre todo de niños, y vamos dando la espalda conforme crecemos e imitamos a una sociedad dormida. El pensamiento positivo ha de ser puro y formulado con seguridad, es una fase de aprendizaje, se duda, se imita, se trata de aparentar positivismo y aún carece de potencia para cambiar la realidad de forma subatómica. Pero es como cuando aprender a andar, no ves resultados y te caes desde arriba y duele…
– En mi caminar he leído mucho sobre las Leyes del Universo, es algo que me encanta investigar. Para mí, las Leyes del Universo funciona junto con el camino del alma.
– Claro que las leyes funcionan, son nuestro manual de instrucciones. Cuando conocemos esas leyes, podemos comprender y entender como funciona, y desde ahí, amar la realidad espiritual, y con ella, amar a uno mismo y a cualquier cosa que tus ojos vean, que tus sentidos sientan y que tu mente piense. De esa manera, vives el presente, comprendes el pasado y te abres a aceptar el futuro, generando causas positivas, sembrando para recoger más adelante, pero disfrutando del acto presente. Ir a un destino, y disfrutar del viaje, mientras vas llegando…
– Me gustaría que todas estas frases, pensamientos, conocimientos, fueran impartidos en colegios y programas de TV y medios de comunicación.
– Que así sea.
– Una última pregunta para concluir este tema tan interesante y nutritivo. ¿Deberíamos comprender que no somos seres separados unos de otros?
– Cuando naces, ya estás condicionado; a una alimentación, unas costumbres, miedos inculcados, un sistema competitivo en el que te examinan y califican… y ante tal situación, o sobrevives compitiendo, o te aplastan. Es muy complicado manejar los sueños cuando estás durmiendo y no eres consciente de que solo estás en el mundo onírico, descansando en la cama por 8 horas. Eso mismo es la vida, 8 horas atrapados en un sueño, recordando desde la ausencia de claridad, en una situación de supervivencia, con emociones como herramientas. Ese es nuestro proceso evolutivo, despertar y poder moldear el sueño, generando causas positivas, sembrando y superando pruebas reales, no por aprobar, sino por comprender y hacer que forme parte de tu interior, sanando eso que vemos mal en nosotros mismos y ayudando al mal del mundo a transformarlo en amor.
– Quiero agradecerte de nuevo tu colaboración en este espacio, porque fue creado para ello, para dar voz a esos pensamientos que ayuden a transformar esas energías enfermas en energías sanas, teniendo siempre los pies en la tierra y las manos en el corazón. Alma bella, gracias por tan bonita entrevista.
– Gracias a ti, por darme la oportunidad de nuevo de compartir mis conocimientos y mis experiencias. Quiero decir que gran parte de mis conocimientos espirituales han sido de mucho tiempo de investigación, de experiencias vividas, de libros leídos, como los libros del SER UNO. Y aunque nadie tenemos la verdad absoluta de nada, pero siempre está bien exponer lo que pensamos, sentimos y experimentamos, de esa manera se nos hace el viaje más liviano. Gracias, ha sido un placer.
«Empecemos a pensar en lo que podemos estar agradecidos, y pongamos nuestra mente en esa vibración, entonces observemos el bien que comienza a venir, porque un pensamiento conduce a otro pensamiento».
Bob Proctor